3 Te hago saber que voy a edificar una Casa al Nombre de Yahveh, mi
Dios, para consagrársela, para quemar ante él incienso aromático, para
la
ofrenda perpetua de los panes presentados, y para los holocaustos de
la
mañana y de la tarde, de los sábados, novilunios y solemnidades de Yahveh
nuestro Dios, como se hace siempre en Israel.
4 La Casa que voy a edificar será grande, porque nuestro Dios es
mayor que todos los dioses.
5 Pero ¿quién será capaz de construirle una Casa, cuando los cielos y
los cielos de los cielos no pueden contenerle? ¿Y quién soy yo para
edificarle una Casa, aunque esté destinada tan sólo para quemar incienso en
su presencia?
6 Envíame, pues, un hombre diestro en trabajar el oro, la plata, el
bronce, el hierro, la púrpura escarlata, el carmesí y la púrpura violeta, y que
sepa grabar; estará con los expertos que tengo conmigo en Judá y en
Jerusalén, y que mi padre David ya había preparado.
7 Envíame también madera de cedro, de ciprés y algummim del
Líbano; pues bien sé que tus siervos saben talar los árboles del Líbano, y
mis siervos trabajarán con tus siervos,